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lunes, 19 de mayo de 2014

De estadio a estadio - Jornada 38


PACO CAVALLER (Twitter: @pcavaller)

Se acabó. El Atlético de Madrid hace historia y se proclama Campeón de Liga por delante de los todopoderosos Barcelona y Real Madrid. A estos tres se suma un excepcional Athletic en la siempre gloriosa aventura de la Liga de Campeones. Sevilla, Villarreal y Real Sociedad se conformarán (y es motivo de celebración para ellos, seguro) con la hermana pequeña, la Europa League, aunque castellonenses y donostiarras tienen rondas previas por delante y verán acortadas sus vacaciones. Osasuna, Valladolid y Betis viven el drama del descenso, aunque no creo que tardemos mucho en verlos de nuevo en la élite. Hay que felicitar a los 20 y agradecerles una Liga BBVA tan extremadamente apasionante.

Tampoco tiene mucho sentido ponerse ahora analizar aspectos tácticos de la última jornada, pero sí encuentro interesante hacer una rápida valoración del curso de algunos equipos, especialmente de aquellos que han logrado en el tramo final objetivos de mérito y que, en algunos casos, parecían inverosímiles.

Y el primero que me viene a la mente es el caso del Getafe. El motivo es la mala racha de resultados que sufrió a principios de este año 2014, cuando el equipo se hundía a ritmo acelerado y las jornadas sin lograr resultados se sucedían una tras otra. Ni siquiera la destitución de Luís García Plaza y la apuesta por Cosmin Contra permitieron a los azulones reconocer, por tenue que fuese, una luz al final del túnel. Pero, a pesar de no vislumbrar ese final, el equipo creyó, la afición (en contra de lo que muchos creen) empujó y el equipo ha terminado salvándose. Y ojo porque lo ha hecho como 13º.

Granada y Almería son dos equipos que han vivido situaciones muy similares a las del Getafe, si bien sus argumentos futbolísticos han sido más convincentes a la hora de lograr la permanencia. Han terminado 15º y 17º respectivamente, pero dudo que alguien ponga en duda que su nivel es de Primera División. Sin embargo, son clubes que han logrado la permanencia con muy poco presupuesto. Ha sido un riesgo que ha salido bien porque esa apuesta barata ha sido generalizada en la zona baja de la tabla, pero, sobre todo en Almería, la necesidad de reforzar la plantilla de cara a la temporada que viene es manifiesta.

Todavía me cuesta asimilar el descenso de Osasuna. Poco se habló a lo largo de la temporada del peligro real que estaba acechando a los navarros. El club no lo vio claro con Mendilíbar (decisión que en su día nos pareció a casi todos precipitada) y Javi Gracia recondujo al equipo en un inicio. Aun así, las semanas han ido pasando y Osasuna fue dejándose los deberes pendientes, cual niño que se sabe capaz de aprobar estudiando todo la tarde antes del examen. Y a Osasuna no le salió bien la jugada. Los rojillos, seguramente aún incrédulos, regresan a la Segunda División de nuestro fútbol, un pozo en el que, si no sales bien pronto, puedes empezar a hundirte.

Lo mismo le sucede al Valladolid, si bien su carencia de buenos resultados podía hacernos presagiar un final así. Veremos cuál es el proyecto en Pucela a partir de ahora, pero es cierto que las cosas no han ido bien a lo largo del curso. El club franjivioleta ha confiado ciegamente en JIM y este pudo salvar al equipo hasta en la última jornada, pero cayó derrotado en ese dramático duelo directo ante el Granada. Jugándose la vida, el Valladolid no jugó a nada, reflejo, un poco, de lo que ha sido su temporada.

Poco se puede decir del Betis que no hayamos dicho ya aquí. Insisto en mi idea de que parecía que estuviera escrito que los sevillanos debían descender. Probablemente, este Betis juegue al fútbol mucho mejor de lo que lo hacen otros que ni siquiera han sufrido por permanecer en Primera. Antes dije que del pozo de la división de plata hay que salir lo antes posible. El Betis sabe de lo que hablo.

Elche y Rayo llegaron a la última semana con los deberos hechos. Los madrileños recibían al Getafe y (yo no sé qué clase de maletín estaba en juego) se dejaron la vida por intentar descenderlo. Precisamente la situación de vallecanos y getafenses fue muy parecida en los primeros meses del 2014. El “sí se puede” ha sido muy utilizado en Vallecas en momentos claves. El equipo ha tenido que salir varias veces del vestuario tras un partido porque su afición seguía aplaudiéndole y cantándole en la grada. El Rayo es, con mayúsculas, equipo de Primera y su afición, todavía más. Por su parte, Fran Escribá se ha consolidado como uno de los técnicos a tener en cuenta en esta Liga. Ha mantenido regular a un Elche con una plantilla que, también es cierto, es de considerable nivel. El gran trabajo de la dirección deportiva ilicitana ha dado sus frutos. Mi más sincera enhorabuena para todo Elche.

Es increíble lo del Espanyol. En ciertos momentos peleaba con los equipos valencianos por puestos europeos y al final ha terminado quedando por debajo de otros como Getafe. Ha sumado 42 puntos, sólo dos más que el descendido Osasuna, y su desplome ha sido tal que, de haberse alargado un par de semanas más la competición, probablemente hubiese terminado en el abismo.

Francamente felices pueden estar en Málaga y en Valencia (en este caso en el lado ‘granota’). Los de Schuster han cumplido con creces el objetivo de la salvación (han sido 11ºs en una temporada que iniciaba con innumerables fugas en el equipo costasoleño). Nunca es fácil reestructurar una plantilla cuando se te marchan sus pilares, su columna vertebral. Schuster, a pesar de haber sido pitado, ha sido capaz de ello. La labor de Caparrós en el Ciutat también ha sido gigantesca. Basado en su ya clásica pizarra, el técnico ex de Athletic y Sevilla entre otros ha hecho de este Levante un equipo que compite contra prácticamente cualquiera. Pudo soñar con Europa y al final se pudo plantear ese pequeño reto de acabar, por primera vez en la historia, por delante del vecino mayor.

No lo lograron, pues el Valencia acabó 8º con sólo un punto más. La mala fortuna en la Europa League fue el colofón a una temporada para olvidar en un Valencia que, en ocasiones, ha estado más pendiente de lo que sucedía fuera de los terrenos de juego. Ahora al fin esa historia ha acabado. Peter Lim ha comprado el club. Era la apuesta continuista y se espera que se planifique con mayor rigurosidad y acierto el próximo curso.

Precisamente entre los dos conjuntos valencianos se ha colado el Celta de un Luis Enrique que ya sabemos que en la 14/15 entrenará al Barça en un reto mayúsculo. El caso de los celestes es el contrario al de los periquitos. Con el claro y exclusivo objetivo de salvarse, el Celta ha ido jugando un fútbol de ensueño, con jugadores (muchos muy jóvenes) de abundante calidad técnica y táctica, y ha ido sumando puntos casi sin darse tregua. Digo lo mismo que dije en el caso del Espanyol: de haberse alargado la Liga, a saber dónde habría terminado este Celta.

La temporada de la Real Sociedad arrancó con muchas dudas, sobre todo por el mal juego mostrado en algunas jornadas de Liga y en prácticamente todas en Europa (sólo recuerdo el buen partido e injusta derrota en Old Trafford). Aun así, la Real de Arrasate se ha rehecho y ha logrado el objetivo de entrar en Europa League, aunque tendrá que jugar dos rondas previas.

Lo del Villarreal ya merece palabras mayores. Ha sido sexto. Jugará una ronda previa de la Europa League. Pero es que no podemos olvidar que el ‘Submarino’ viene de jugar en Segunda la pasada temporada. Tiene buena plantilla, sí, pero también se ha visto claramente perjudicado por inmensidad de bajas. Marcelino ha tenido la suerte de que las lesiones ‘se han repartido’ medianamente por todas las posiciones del campo y ha sabido recomponer su once semana tras semana. El regreso a Europa es un éxito rotundo.

Como rotundo es también el éxito del Sevilla de Unai. Ha vuelto a reinar en Europa. Se ha unido a Juventus, Inter y Liverpool (vaya tres) como equipos con más Copas de la UEFA/Europa League y ha convencido con innumerables alegrías (como las remontadas en Europa) a su afición. Los hispalenses empezaron desinflados la campaña, algo en paralelo con el Valencia, pero, liderados por un Rakitic cuyo valor de mercado se ha multiplicado tras las 38 fechas, este Sevilla ha maravillado a más de uno y no ha llegado a la Champions porque en frente tuvo a un Athletic intratable.

Y es que varias semanas antes del final de la Liga el Athletic ya se sabía matemáticamente equipo de Champions. Y es que realmente lo es. Sus individualidades no serán muy conocidas en el continente todavía, pero darán que hablar. Los de Valverde han sido un equipo extremadamente regular y han merecido con totalidad esta plaza de Champions. El nuevo San Mamés, a pesar de no estar acabado, ha tenido su peso en este resultado. Otro de los premios a este inmenso Athletic es la entrada de Iturraspe en la ‘pre-lista’ de Del Bosque.

Tras tantos desaguisados, el Real Madrid acabó tercero empatado con el Barcelona. Parece una paradoja, pero me atrevería a decir que todavía es pronto para decidir si la temporada de este Real Madrid de Ancelotti ha sido buena o mala. La conquista de la Copa del Rey ante el Barça fue un alivio, pero el desastre liguero ha sido total. Este Madrid no está compitiendo realmente en el tramo final de curso. De hecho, me atrevería a decir que no ha competido de verdad desde la goleada del Allianz. Esa es la principal diferencia de cara a Lisboa respecto a un Atleti que no ha dejado de hacerlo en ese ya famoso “partido a partido”. Claro está que ganar La Décima haría de esta temporada la mejor de todas, la más histórica.

Antes de cerrar estas líneas con el verdadero protagonista de la Liga, hacemos una última parada en ‘can Barça’ para comentar brevemente la desestabilización de todos y cada uno de los pilares que mantuvieron a este equipo y a este club en lo más alto del fútbol mundial. El Barcelona ha tirado la Liga en innumerables ocasiones, no ha competido, no ha sido rival, no ha tenido ritmo, ni frescura, ni siquiera estado físico. Gerardo Martino ha fracasado estrepitosamente como motivador y preparador táctico. No ha sabido perforar al Atlético de Madrid tras seis encuentros disputados y la Champions le ha venido muy grande. Este Barça era equipo. No sé si sigue siéndolo, pero, desde luego, no lo parece. Y gestos como el de la renovación de Messi no ayudan a lograr lo contrario. La esperanza tiene un nombre compuesto: Luis Enrique.

“Jugando, ganando, peleas como el mejor, porque siempre la afición, se estremece con pasión, cuando quedas entre todos Campeón”. Así reza el himno colchonero. Esa frase han escuchado los hombres de Simeone durante toda la temporada en infinidad de ocasiones. Y sí, fueron entre todos Campeón. ¿Justo Campeón? Cuestionarlo ya me parece una aberración. Todo el Camp Nou aplaudió al Atleti tras la última jornada de Liga, pero creo que, aunque fuera sólo por esta vez, el gesto de la grada del coliseo azulgrana estaba representando al de toda España y quién sabe si incluso a gente de más allá. El “partido a partido” fue catalogado como “histórico” por el propio Simeone y no es para menos. Tampoco voy a dedicar aquí los mil elogios al Atlético porque ya se ha hecho durante todos estos días. Simplemente le recomiendo al lector que trate de hacer lo posible por comprender cuán grande es esto. De aquí a pocos años recordaremos la Liga del Cholo y nos daremos cuenta de su magnitud. Viajarán a Lisboa para pelearle la Copa de Europa al Real Madrid. Parece mentira. Lo harán sin Diego Costa. Parece mentira. Pero es que ya ganaron la Liga en el Camp Nou sin él (y sin Arda). Parece también mentira. Que haya ganado esta Liga parece, de hecho, mentira. Pero no, no lo es. Frótense los ojos (una vez más) si quieren. Este Atlético de Madrid eterno es Campeón de la Liga BBVA 2013/2014. Felicidades, atléticos.

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