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lunes, 3 de marzo de 2014

De estadio a estadio - Jornada 26


PACO CAVALLER (Twitter: @pcavaller)

Hay Liga. Con o sin tensión, pero hay liga. La hay con tensión, como vimos en el Calderón, y la hay sin tensión, como vimos en el Camp Nou. A pesar de eso, el empate entre madrileños en el derbi capital y la posterior y nada contundente victoria del Barça nos regalan una situación apasionante, con Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid inmiscuidos en un margen de tres puntos. Y todavía nos espera un Real Madrid-Barcelona y un Barcelona-Atlético. Qué bonito es esto.

Vayamos por pasos; empecemos por la tensión, la cual fue, probablemente, clave en el encuentro del Vicente Calderón. El partido estuvo dividido en fases muy claras: primera fase muy corta y claramente favorable a los blancos (en ella llegó el madrugador tanto de Benzema). A continuación, tuvo lugar el recital colchonero. Qué espectáculo. El ‘Cholo’ sabía que sus opciones pasaban por la completa anulación de Bale, Di María y Cristiano. La perfecta ejecución de un planteamiento adecuado por parte de sus hombres logró el objetivo; el Atleti arrolló, remontó y mantuvo la ventaja. En esa etapa fue donde hubo mayor confrontación, tensión y nervios. Probablemente el lamentable arbitraje de Delgado Ferreiro no ayudó a evitarlo. Las modificaciones de Ancelotti, que cambió a los dos laterales e introdujo a Isco arriba, dieron un aire nuevo al Real, que encontró el gol de CR7 casi de milagro y, más que sumar un punto, evitó que el Atleti sumara 3. El claro beneficiado, el Barça.

Lo es porque ganó, pero en ningún caso convenció. Hasta el 80’, los de Martino sólo vencían por 2-1 a un muy bien plantado Almería, liderado por un Francisco (o ‘Paquito’, como le gusta que le llamen) Rodríguez con ideas muy claras. Que Iniesta no estuviera ayer fue probablemente la gran sorpresa, pero el Barça no mostró argumentos suficientes para contentar a la parroquia culé. Se espera más de este equipo en las grandes ocasiones, especialmente en la zona trasera. No es posible que, con pocos recursos, Zongo creara tanto peligro en la zona custodiada por Valdés.

Aunque, para falta de intensidad, la del Valencia de Pizzi, especialmente en la zona medular. Las ausencias de hombres importantes como Parejo o Javi Fuego provocaron modificaciones que, seguramente, resultaron demasiado agresivas. Debutó el chaval del filial Portugués. Lo hizo en el doble pivote de un equipo que se está jugando ir a Europa para salvar la temporada. Lo hizo en un campo difícil como es Vallecas. Y lo hizo ante un equipo que ama tener el balón y jugar con líneas adelantadas. El resultado era previsible. El mediocampo rayista se merendó al ché. Si lo extrapolamos y traducimos en marcador, obtenemos el 1-0 con el que Larrivey hizo del Valencia el derrotado de la noche en Vallecas.

Algo similar sucedió un par de horas antes en el Pizjuán, aunque la Real Sociedad no llegaba con tantas bajas. Sólo Carlos Martínez y Seferovic se perdieron la cita, lo que no excusa en ningún caso el mal partido ‘txuri-urdin’. Ahora bien, probablemente el causante fue un Sevilla que hizo las cosas muy bien línea por línea. Marcó Gameiro, que había empezado como suplente, pero las ocasiones del Sevilla fueron más y mucho más claras que las de los donostiarras. Emery incluso se permitió el lujo de hacer debutar a un chaval de 17 años que trae loca a Sevilla: Carlos Fernández. La pelea por Europa cada vez adopta mayores dimensiones.

Ahora mismo, la última plaza para ir a Europa League la ocupa el Sevilla, pero los hispalenses tienen al Levante a dos puntos y al Valencia a tres. Y la Real sólo aventaja ya en cinco a los de Emery, estando uno por debajo por del Villarreal. El ‘submarino’ no pasó del empate en casa ante el herido Betis, que volvió a sentirse claramente perjudicado. La misma historia que la semana pasada parece. Aun así, quien terminó con 10 esta vez fue el Villarreal. Ello lo aprovechó el Betis para enloquecer el partido y tirar del siempre acertado Rubén Castro para empatar el choque en el tramo final. Y la victoria bética no estuvo lejos. El punto es insuficiente, de momento.

En toda esa terna por la Europa League no he incluido, por una semana, al Athletic. Me permito el lujo porque los leones están en Champions con seis puntos, ya que, a diferencia de castellonenses y donostiarras, ellos no fallaron en la lluviosa noche de viernes en San Mamés. Le endosaron un 4-0 a un Granada desdibujado. Lucas Alcaraz todavía estará revisando el vídeo hoy. Y Roberto quizá buscando el obús que le lanzó Aduriz. El proyecto del Athletic es ambicioso y sus opciones de Champions son serias. Debemos tomarles en serio.

Y sí, dos párrafos más arriba incluía al Levante en esa misma pelea. La racha de partidos sin perder del Levante sigue prolongándose. La satisfacción de Caparrós debe de ser casi tan grande como la de los aficionados granotas, quizá malacostumbrados a ver a un equipo con plantilla de zona media pelear por Europa. Esta vez la víctima fue un Osasuna completamente distinto al que vimos el fin de semana pasado ganando al Atlético de Madrid. Parecía que los hombres de Gracia todavía no se hubiesen recuperado del esfuerzo realizado ante los rojiblancos. El Levante les pasó por encima.

Seguramente fuera ese el mejor partido de un descafeinado sábado, aunque el duelo entre Elche y Celta podría competirle. Es cierto que sólo se vio un gol, si bien fue un auténtico golazo de Carles Gil, que había reemplazado pocos minutos antes a Fidel Chaves. Los recursos que dispone Fran Escribá son numerosos y todos ellos plantean un nivel similar. Y no es precisamente bajo. Los franjiverdes pueden incluso permitirse el lujo de rotar a sus delanteros. Esta semana fue el turno de Cristian, escoltado por un Coro que tal vez fuera quien menos apareciese. El gol ilicitano llegó, como suele pasar en este bonito deporte, en el mejor momento que atravesó el Celta en todo el partido, cuando, a la habitual fiesta de Rafinha, se sumó en esta ocasión Orellana.

Ojalá hubiéramos visto en Getafe la mitad del fútbol que vimos en Elche. Empate a muy poco, por no decir a nada, entre los azulones y un Espanyol que tuvo que ser dirigido por enésima vez por Alfredo Tena. Yo no sé qué deben opinar los jugadores pericos sobre los constantes desaguisados de Aguirre en las áreas técnicas. Al menos, el mexicano me da tema de qué hablar, algo que no hicieron sus hombres. Sólo Sergio García intentó completar alguna acción más digna de otro partido. Sí debo destacar la grata sorpresa que me llevé con el Getafe. Al fin intentaron los de García-Plaza salir con el balón jugado desde atrás. El Espanyol esperó, sí, pero no se vio en el ‘Geta’ esa ansiedad de otras semanas. Poco a poco.

Quien no puede permitirse ir más tiempo a esta velocidad es Bernd Schuster. El Málaga no pasó del empate en casa ante el Valladolid, pero Willy Caballero tuvo que salvar el punto en más de una ocasión. Los nombres de las individualidades malacitanas merecen un mayor rendimiento, pero Schuster no da con la tecla. El público se ha cansado (de hecho, lleva ya unas cuantas semanas bastante harto), pero el técnico alemán sigue pareciendo tranquilo. “Entiendo que estén enfadados; yo también lo estoy”, soltó en rueda de prensa. Como si no fuera con él. Como si él también quisiera pitar a los suyos desde el banquillo. Ay, querido Schuster… “¿Qué haríamos sin ti?”, estarán pensando muchos en Málaga…

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