PACO
CAVALLER (Twitter: @pcavaller)
Hay Liga. Con o sin tensión, pero hay
liga. La hay con tensión, como vimos en el Calderón, y la hay sin tensión, como
vimos en el Camp Nou. A pesar de eso, el empate entre madrileños en el derbi
capital y la posterior y nada contundente victoria del Barça nos regalan una
situación apasionante, con Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid
inmiscuidos en un margen de tres puntos. Y todavía nos espera un Real
Madrid-Barcelona y un Barcelona-Atlético. Qué bonito es esto.
Vayamos por pasos; empecemos por la
tensión, la cual fue, probablemente, clave en el encuentro del Vicente
Calderón. El partido estuvo dividido en fases muy claras: primera fase muy
corta y claramente favorable a los blancos (en ella llegó el madrugador tanto
de Benzema). A continuación, tuvo lugar el recital colchonero. Qué espectáculo.
El ‘Cholo’ sabía que sus opciones pasaban por la completa anulación de Bale, Di
María y Cristiano. La perfecta ejecución de un planteamiento adecuado por parte
de sus hombres logró el objetivo; el Atleti arrolló, remontó y mantuvo la
ventaja. En esa etapa fue donde hubo mayor confrontación, tensión y nervios. Probablemente
el lamentable arbitraje de Delgado Ferreiro no ayudó a evitarlo. Las
modificaciones de Ancelotti, que cambió a los dos laterales e introdujo a Isco
arriba, dieron un aire nuevo al Real, que encontró el gol de CR7 casi de
milagro y, más que sumar un punto, evitó que el Atleti sumara 3. El claro
beneficiado, el Barça.
Lo es porque ganó, pero en ningún caso
convenció. Hasta el 80’, los de Martino sólo vencían por 2-1 a un muy bien
plantado Almería, liderado por un Francisco (o ‘Paquito’, como le gusta que le
llamen) Rodríguez con ideas muy claras. Que Iniesta no estuviera ayer fue
probablemente la gran sorpresa, pero el Barça no mostró argumentos suficientes
para contentar a la parroquia culé. Se espera más de este equipo en las grandes
ocasiones, especialmente en la zona trasera. No es posible que, con pocos
recursos, Zongo creara tanto peligro en la zona custodiada por Valdés.
Aunque, para falta de intensidad, la del
Valencia de Pizzi, especialmente en la zona medular. Las ausencias de hombres
importantes como Parejo o Javi Fuego provocaron modificaciones que,
seguramente, resultaron demasiado agresivas. Debutó el chaval del filial
Portugués. Lo hizo en el doble pivote de un equipo que se está jugando ir a
Europa para salvar la temporada. Lo hizo en un campo difícil como es Vallecas. Y
lo hizo ante un equipo que ama tener el balón y jugar con líneas adelantadas.
El resultado era previsible. El mediocampo rayista se merendó al ché. Si lo
extrapolamos y traducimos en marcador, obtenemos el 1-0 con el que Larrivey
hizo del Valencia el derrotado de la noche en Vallecas.
Algo similar sucedió un par de horas
antes en el Pizjuán, aunque la Real Sociedad no llegaba con tantas bajas. Sólo
Carlos Martínez y Seferovic se perdieron la cita, lo que no excusa en ningún
caso el mal partido ‘txuri-urdin’. Ahora bien, probablemente el causante fue un
Sevilla que hizo las cosas muy bien línea por línea. Marcó Gameiro, que había
empezado como suplente, pero las ocasiones del Sevilla fueron más y mucho más
claras que las de los donostiarras. Emery incluso se permitió el lujo de hacer
debutar a un chaval de 17 años que trae loca a Sevilla: Carlos Fernández. La
pelea por Europa cada vez adopta mayores dimensiones.
Ahora mismo, la última plaza para ir a
Europa League la ocupa el Sevilla, pero los hispalenses tienen al Levante a dos
puntos y al Valencia a tres. Y la Real sólo aventaja ya en cinco a los de
Emery, estando uno por debajo por del Villarreal. El ‘submarino’ no pasó del
empate en casa ante el herido Betis, que volvió a sentirse claramente
perjudicado. La misma historia que la semana pasada parece. Aun así, quien
terminó con 10 esta vez fue el Villarreal. Ello lo aprovechó el Betis para
enloquecer el partido y tirar del siempre acertado Rubén Castro para empatar el
choque en el tramo final. Y la victoria bética no estuvo lejos. El punto es
insuficiente, de momento.
En toda esa terna por la Europa League no
he incluido, por una semana, al Athletic. Me permito el lujo porque los leones
están en Champions con seis puntos, ya que, a diferencia de castellonenses y donostiarras,
ellos no fallaron en la lluviosa noche de viernes en San Mamés. Le endosaron un
4-0 a un Granada desdibujado. Lucas Alcaraz todavía estará revisando el vídeo
hoy. Y Roberto quizá buscando el obús que le lanzó Aduriz. El proyecto del
Athletic es ambicioso y sus opciones de Champions son serias. Debemos tomarles
en serio.
Y sí, dos párrafos más arriba incluía al
Levante en esa misma pelea. La racha de partidos sin perder del Levante sigue
prolongándose. La satisfacción de Caparrós debe de ser casi tan grande como la
de los aficionados granotas, quizá malacostumbrados a ver a un equipo con
plantilla de zona media pelear por Europa. Esta vez la víctima fue un Osasuna
completamente distinto al que vimos el fin de semana pasado ganando al Atlético
de Madrid. Parecía que los hombres de Gracia todavía no se hubiesen recuperado
del esfuerzo realizado ante los rojiblancos. El Levante les pasó por encima.
Seguramente fuera ese el mejor partido de
un descafeinado sábado, aunque el duelo entre Elche y Celta podría competirle. Es
cierto que sólo se vio un gol, si bien fue un auténtico golazo de Carles Gil,
que había reemplazado pocos minutos antes a Fidel Chaves. Los recursos que
dispone Fran Escribá son numerosos y todos ellos plantean un nivel similar. Y no
es precisamente bajo. Los franjiverdes pueden incluso permitirse el lujo de
rotar a sus delanteros. Esta semana fue el turno de Cristian, escoltado por un
Coro que tal vez fuera quien menos apareciese. El gol ilicitano llegó, como
suele pasar en este bonito deporte, en el mejor momento que atravesó el Celta
en todo el partido, cuando, a la habitual fiesta de Rafinha, se sumó en esta
ocasión Orellana.
Ojalá hubiéramos visto en Getafe la mitad
del fútbol que vimos en Elche. Empate a muy poco, por no decir a nada, entre
los azulones y un Espanyol que tuvo que ser dirigido por enésima vez por
Alfredo Tena. Yo no sé qué deben opinar los jugadores pericos sobre los
constantes desaguisados de Aguirre en las áreas técnicas. Al menos, el mexicano
me da tema de qué hablar, algo que no hicieron sus hombres. Sólo Sergio García
intentó completar alguna acción más digna de otro partido. Sí debo destacar la
grata sorpresa que me llevé con el Getafe. Al fin intentaron los de
García-Plaza salir con el balón jugado desde atrás. El Espanyol esperó, sí,
pero no se vio en el ‘Geta’ esa ansiedad de otras semanas. Poco a poco.
Quien no puede permitirse ir más tiempo a
esta velocidad es Bernd Schuster. El Málaga no pasó del empate en casa ante el
Valladolid, pero Willy Caballero tuvo que salvar el punto en más de una
ocasión. Los nombres de las individualidades malacitanas merecen un mayor
rendimiento, pero Schuster no da con la tecla. El público se ha cansado (de
hecho, lleva ya unas cuantas semanas bastante harto), pero el técnico alemán
sigue pareciendo tranquilo. “Entiendo que estén enfadados; yo también lo estoy”,
soltó en rueda de prensa. Como si no fuera con él. Como si él también quisiera
pitar a los suyos desde el banquillo. Ay, querido Schuster… “¿Qué haríamos sin
ti?”, estarán pensando muchos en Málaga…
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